Hoy en el Día Internacional de la Mujer, recordamos a todas quienes a lo largo de la historia realizaron acciones que fueron permitiendo la igualdad de derechos. Este día conmemoramos hitos históricos de luchas constante de las mujeres, es gracias a nuestras antepasadas que hoy es normal para nosotras estudiar, trabajar, tener derecho a voto, entre otros, gracias a ellas y a sus demandas es que hoy puedo expresarme libremente. Mujeres valientes, mujeres luchadoras… mil gracias.
Nuestra Constitución Política de la República es enfática en su artículo 1 en señalar: “Las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos”, entonces ¿porqué la diferencia, porqué las brechas salariales, las faltas de oportunidades, la discriminación por sexo, entre otras?
Cuán demostración de fortaleza fue la de nuestra madre la Virgen María al acompañar a Jesús en su calvario y luego a los pies de la cruz en su muerte, que ejemplo de valentía. A decir verdad, de sexo débil no hay nada.
Es sólo mirar las noticias con respecto al COVID 19, cuantas trabajadoras de la salud existen en el mundo luchando día a día en esta pandemia, es por ello que hoy, ONU Mujeres ha dedicado este día Internacional de la Mujer principalmente a ellas, “Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo de la Covid-19”, reconociendo los enormes esfuerzos realizados por mujeres y niñas de todo el mundo a la hora de definir un futuro más igualitario y la recuperación ante la pandemia de Covid-19, resaltando las deficiencias que persisten.
El Papa Francisco tampoco queda ajeno al debate con respecto a los derechos de las mujeres, en Evangelii Gaudium, n.104. señala: “Las reivindicaciones de los legítimos derechos de las mujeres, a partir de la firme convicción de que varón y mujer tienen la misma dignidad, plantean a la Iglesia profundas preguntas que la desafían y que no se pueden eludir superficialmente”.
Si la igualdad de derechos entre hombres y mujeres es un tema que se conoce, conversa y reflexiona, ¿Qué estamos esperando para tener en la práctica, y no sólo en papel, una sociedad verdaderamente justa, equitativa e igualitaria en dignidad y derechos?