Entrevista a Nilda Peña, madre del Padre Enzo Carrasco, párroco de San José de Catemu.
En una entrevista a Nilda Peña, realizada telefónicamente nos habla sobre la vocación de su hijo, su vida de fe, de cómo ha vivido y ha logrado acompañarlo en su entrega y servicio a la comunidad.
¿Cómo fue la formación religiosa que recibió en su casa siendo pequeño?
R: Bueno, desde pequeño la fe la recibió de parte de mi mamá, ella era muy católica, siempre lo llevaba a Misa, desde los cinco años. Ella lo estaba acompañando, motivando en su religiosidad y ayudándolo a crecer en la Fe.
¿Cómo recuerda el momento en que le comunicó que quería ser sacerdote?
R: No fue como una sorpresa porque Enzo, desde los ochos años expresó que quería ser sacerdote. Mi mamá le decía “pero mijito tan chiquitito deseas ser curita ¿Cómo vas a ayudar a tu mamá?” él respondía “los curitas igual ganamos platita”, pero gracias a Dios ahí está mi niño, Dios lo proteja, lo cuide y su fe sea cada vez más fuerte.
¿Cómo vivió el momento de la Ordenación Presbiteral en la Iglesia Catedral?.
R: Antes de ese momento me viene a la memoria el día que ingresó al seminario fue como muy áspero, así podríamos decirlo, porque fuimos mi hermana que en paz descanse y mi hija chica, la Cony, que tenía dos o tres años más o menos, fuimos al paradero de la micro le dije Hijo, te queremos acompañar y él respondió “yo me voy solo, no quiero tanta parafernalia ni tanta gente, yo me voy solito”.
La Ordenación fue un momento muy emotivo que lo vivimos intensamente con mi marido, las niñas y mi madre, estábamos todos, sentimos la cercanía y cariño de muchas personas.
¿Qué ha ido aprendiendo usted de su hijo?
R: Enzo me ayudó a acercarme, a hacer más partícipe de la parroquia. Claro iba a las catequesis de la primera comunión de la niña, pero hasta ahí nomás y a Misa, pero con él me acerqué mucho más y ahora yo soy catequista. Gracias a él descubrí esta vocación de servicio por medio de la catequesis.
¿Qué le pide a Dios para su hijo?
R: Todos los días le pido le pido salud, que Dios lo proteja donde vaya, que él sea aceptado más que nada. A lo mejor no todos lo van a querer, que las personas se den el tiempo de conocerlo, que lo conozcan bien y que el Señor lo proteja donde vaya, porque en todas partes hay gente que no es buena, pero siempre estoy pidiendo por su vocación para que su fe sea fortalecida y sea más fuerte que todo lo que el mundo le ofrece su camino, y lo desvíe del amor de Dios.
¿Qué mensaje o qué palabra le diría a otras mamás que tienen hijos, que están en proceso de discernimiento o que están pensando ser sacerdotes?
R: Que es un premio, que se los regala Dios, acompañarlos con oración y con la comunicación, un hijo sacerdote es un premio que no se ve todos los días, por eso la oración, la cercanía y estar siempre apoyándolos en cada paso que dan.
Fuente: Comunicaciones