Fue este viernes 24 de mayo, cuando la comunidad de Chincolco, informó sobre la pascua de la querida Señorita Rebeca Flores, una de las catequistas más antigua de nuestra Diocesis y fiel laica comprometida en la formación y educación Católica.
Ana Rebeca Flores, destacó por su compromiso y fiel servicio en nuestra iglesia, siendo por más de setenta años catequista, formando a mas de un centenar de laicos y laicas en la vida sacramental, son muchas las personas, específicamente de la comunidad de Chincolco que recuerda su vida de fiel compromiso. Ana Rebeca, quien destacó en la Primera Asamblea Diocesana de Catequesis con su Testimonio, fue quien sacó una frase que hasta el día de hoy se recuerda con mucho eco “Yo sigo a Jesucristo en su Iglesia”, esta frase en aquel año 2013, caló profundo en los asistentes de este encuentro, al ver un testimonio genuino y de entrega.
También desde el ámbito de su profesión, Ana Rebeca se destacó por su dedicado trabajo en la educación, siendo significativamente reconocida como la primera docente del Colegio Sagrado Corazón de Jesús de Chincolco, quien dedicó no solo profesión, sino más bien, llevó los valores cristianos a cientos de generaciones que pasaron por las aulas del colegio Católico.
Este domingo 26 de mayo, con sus funerales, se llevó a cabo la misa de exequias para despedir a Ana, desde el templo Parroquial de Chincolco, el cual fue repleto por una comunidad que llegó a acompañar y dar su último Adiós, junto a sus amistades, familia y cercanos. La celebración eucarística fue presidida por el párroco Juan Cortes, y concelebrada por los sacerdotes Miguel Triviño y Fabián Castro, Vicario General de la Diócesis de San Felipe, éste último en representación del Obispado de San Felipe, y persona que además conoció muy bien la vida de Rebeca, el cual el padre Fabián es oriundo de Chincolco, y de ahí su cariño y admiración por el servicio de Ana.
Padre Fabián, entregó en representación del Obispado y nuestro obispo Gonzalo, palabras de agradecimiento por la vida y servicio de Ana Rebeca, a través de un discurso que generó gran atención de los presentes, este decía lo siguiente:
IN MEMORIAM
En Nombre de nuestro Obispo, Monseñor Gonzalo Bravo Álvarez, de toda la Diócesis de San Felipe y de mi persona como vicario General e hijo de esta tierra, lamentamos la partida de nuestra querida señorita Rebeca Flores.
Su amor a DIOS y al prójimo, su profunda acción pastoral y oración, han hecho de la señorita Rebeca el gran ejemplo viviente de creyente católico y referente cristiano en todas las comarcas de Petorca, de nuestra Diócesis y de Chile. Signo de esto, fue el reconocimiento que S. S. Bernedicto XVI, de feliz memoria, entregó por medio del anterior Obispo, Monseñor Cristián Contreras, a la señorita Rebeca. Reconocimiento único en nuestra Diócesis, entregado en vida a su persona, que manifiesta la admiración de la Iglesia Universal por la vida de la señorita Rebeca.
Una vida entregada a DIOS y a la Iglesia Católica, desde su tierna infancia en el Pedernal, pasando por su formación y luego su servicio pedagógico y mistagógico, formando a generaciones y generaciones de laicos en Chincolco, Petorca y más allá. Esa entrega y aquel “ser católico”, le hicieron encontrar el “tesoro escondido” en el seguimiento de nuestro Señor.
Es que la fe de la señorita Rebeca no era un juego, o un sentimentalismo, o una conveniencia, o una búsqueda de poder, o una farsa y peor aún, una hipocresía; ella amaba profundamente a DIOS y entendió desde muy joven, que a ÉL se llega por CRISTO, en el ESPÍRITU SANTO, viviendo en comunión con su Iglesia Católica.
¡Qué gran ejemplo de fe nos ha dado DIOS en esta parroquia de Chincolco!
¡Qué luz más preclara ha brillado en el extremo más apartado de los centros de nuestra Diócesis!
¡Gracias Señor, porque haz triunfado por medio de la vida de la señorita Rebeca!
Dos lugares tenía esta Diócesis donde el alma pía sabe que Reina DIOS en todo momento: el Monasterio del ESPÍRITU SANTO de las Carmelitas Descalzas de Auco y la humilde casa, más bien ermita, de la señorita Rebeca.
Fe, piedad, oración y austeridad, ejemplos que nos deben animar a todos los creyentes.
En medio de tiempos tan cambiantes, en donde el modernismo trastoca incluso aquello más Sagrado, donde la corrupción del dinero y el tener, corrompen a jóvenes y adultos, DIOS nos dio a esta gran mujer.
¡Chincolco, no dejes morir la semilla que, con tanto amor y esfuerzo la señorita Rebeca sembró en tus entrañas!
Descansa en Paz hija de la Iglesia.
Fabián Rafael presbítero Castro Marchant
Vicario General de la Diócesis de San Felipe