Diócesis de San Felipe

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Papa Francisco se reunió con el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile

En audiencia privada del Papa Francisco con los representantes del Episcopado nacional, se dialogó acerca del caminar de la Iglesia en Chile y la situación del país.


La audiencia, que fue solicitada por la Conferencia Episcopal de Chile, se realizó este jueves 31 de octubre en la biblioteca del palacio apostólico vaticano. Se reunieron con el Santo Padre, los integrantes del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal: el Arzobispo de la Serena, René Rebolledo Salinas, Presidente; el Arzobispo de Antofagasta, Ignacio Ducasse Medina, Vicepresidente; el Arzobispo de Santiago, Fernando Chomali Garib; el Obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González Errázuriz; y el Arzobispo de Concepción, Sergio Pérez de Arce Arriagada, ss.cc., Secretario General.

Sobre la reunión que se inició a las 08:30 hrs. de Roma y se extendió por cuarenta y cinco minutos, el Arzobispo Sergio Pérez de Arce señaló: “La directiva de la Conferencia Episcopal no se reunía con el Papa desde el año 2019. Le contamos lo vivido en estos años, luego de la crisis eclesial que se manifestó con fuerza en el año 2018: el proceso de discernimiento eclesial y cómo hemos ido revisando el ámbito de nuestras relaciones al interior de la Iglesia y la búsqueda de estructuras más sinodales, para afrontar la crisis. Estos encuentros tienen sobre todo un carácter simbólico, de expresar la comunión con el Papa, pero también de dar cuenta, de compartir lo vivido”.

Además, el secretario general del Episcopado explicó que se conversó sobre la situación del país y la prevención de abusos, entre otros temas: “Hemos hecho un camino en la prevención de abusos y es bueno que se conozca. Por otra parte, tenemos una misión en el Chile de hoy, con sus particularidades culturales, sociales y políticas, y compartimos con el Papa cómo estamos abordando los desafíos de esta misión, pues queremos ser una Iglesia presente en medio de esta realidad, que aporta su voz, su visión”.

Por su parte, el Presidente de la CECh, Arzobispo René Rebolledo agregó: “Tanto en la audiencia con el Santo Padre, como en aquellas sostenidas con sus colaboradores, nos hemos sentido muy escuchados y nos han animado a seguir adelante en el camino recorrido. Nos aprestamos a retornar al país, habiendo experimentado un acontecimiento extraordinario de comunión con el Papa y los organismos de la Santa Sede, de quienes hemos recibido orientaciones valiosas para nuestro ministerio episcopal. Sin duda que la crisis de los abusos ha estado presente en todas las instancias, reconociéndose los avances realizados, gracias al compromiso de muchas personas, entre otras, las que sirven en el Consejo Nacional de Prevención. Proseguiremos atentos a los desafíos que se presenten en estos delicados temas”.

Además del encuentro con el Papa, el Comité Permanente sostuvo reuniones con el Secretario de Estado, Cardenal Pietro Parolín; con el Prefecto del Dicasterio para los Obispos, Cardenal Robert Francis Prevost, O.S.A.; con el Prefecto del Dicasterio para el Clero, Cardenal Lazaro You Heung-sik; con el Secretario para la Sección Disciplinar del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, Mons. John Joseph Kennedy; y con el secretario de la Pontificia Comisión para América Latina, Prof. Rodrigo Guerra. A todos se les entregó un set de documentos del Episcopado, entre los que incluyó las nuevas orientaciones pastorales, el documento sobre la migración, las orientaciones sobre la Integridad en el Servicio Eclesial y el libro “El Abuso sexual en contextos eclesiales. Análisis del caso chileno”.

Fuente: Comunicaciones CECh
Imágenes: Copyright © Vatican Media
Ciudad del Vaticano, 31-10-2024

Encuentro de la Delegación para las Familias con Grupos de Catequesis desde Parroquia Santa Rosa

El pasado 19 de octubre, se realizó el encuentro de la Delegación para las Familias que tuvo lugar en la Parroquia Santa Rosa, donde se reunieron grupos de catequesis para reflexionar sobre el tema “Cómo vivir la fe en familia”. La jornada contó con las exposiciones de Pilar Leiva y Rodolfo Bonilla, miembros del equipo ejecutivo de la delegación, quienes compartieron experiencias y orientaciones prácticas para fortalecer la vida espiritual en el hogar.

Durante el encuentro, los delegados episcopales, Andrés Figari y Pilar Báez, agradecieron a la comunidad por la cálida acogida y la oportunidad de generar este espacio de reflexión en torno a la familia.

Estos encuentros forman parte del trabajo pastoral de la delegación, buscando impulsar familias que vivan la fe de manera activa, fomentando la unidad, el amor y el compromiso cristiano en cada hogar.

2do Taller de Formación de Líderes Escolares Católicos se realizó en la Diócesis de San Felipe

El pasado jueves 24 de octubre, se desarrolló el 2do Taller de Formación de Líderes Escolares Católicos de la Diócesis de San Felipe de Aconcagua, dirigido a estudiantes de colegios particulares y subvencionados de la región. La jornada se llevó a cabo en las instalaciones del Colegio Vedruna y contó con la destacada participación de Alejandra González Peña y Andrea Corvera como expositoras principales.

El encuentro comenzó con la animación de Felipe Contreras Manzano, inspector del colegio anfitrión, seguido por unas palabras de bienvenida a cargo de Nelson Jarpa Montero, director del Colegio Pumanque y gestor de esta iniciativa. La primera exposición estuvo a cargo de Alejandra González, quien presentó el tema “¿Qué pide la Iglesia hoy a los jóvenes?”. Posteriormente, Andrea Corvera impartió el taller “Herramientas de comunicación para un liderazgo juvenil”.

Durante toda la mañana, los estudiantes mostraron gran entusiasmo y participación activa, involucrándose plenamente en las dinámicas y reflexiones propuestas. Para concluir la jornada, la Asesora Pastoral del Colegio Pumanque guió una breve, pero significativa oración, como gesto de envío para inspirar a los jóvenes a asumir su misión con entusiasmo en sus comunidades educativas.

Este taller se enmarca en las celebraciones del centenario de la diócesis, destacando la importancia de formar líderes escolares comprometidos con los valores de la fe y dispuestos a promover el mensaje de Cristo en sus entornos.

Fuente Colegio Pumanque San Felipe

«Nos amó», la encíclica del Papa sobre el Sagrado Corazón de Jesús

«Dilexit nos», la cuarta Encíclica de Francisco, retoma la tradición y actualidad del pensamiento «sobre el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo», invitándonos a renovar su auténtica devoción para no olvidar la ternura de la fe, la alegría de ponerse al servicio y el fervor de la misión: porque el Corazón de Jesús nos impulsa a amar y nos envía a los hermanos.


– Leer Encíclica «Dilexit nos» completa

«”Nos amó”, dice san Pablo refiriéndose a Cristo (Rm 8,37), para hacernos descubrir que de este amor nada “podrá separarnos” (Rm 8,39)». Así comienza la cuarta Encíclica del Papa Francisco, titulada a partir del incipit «Dilexit nos» y dedicada al amor humano y divino del Corazón de Jesucristo: «Su corazón abierto va delante de nosotros y nos espera sin condiciones, sin exigir ningún requisito previo para amarnos y ofrecernos su amistad: Él nos amó primero (cf. 1 Jn 4,10). Gracias a Jesús ‘hemos conocido y creído el amor que Dios nos tiene’ (1 Jn 4, 16)» (1).

El amor de Cristo representado en su Corazón santo
En una sociedad -escribe el Papa- que ve multiplicarse «diversas formas de religiosidad sin referencia a una relación personal con un Dios de amor» (87), mientras el cristianismo olvida a menudo «la ternura de la fe, la alegría de la entrega al servicio, el fervor de la misión de persona a persona» (88), el Papa Francisco propone una nueva profundización en el amor de Cristo representado en su santo Corazón y nos invita a renovar nuestra auténtica devoción recordando que en el Corazón de Cristo «podemos encontrar todo el Evangelio» (89): es en su Corazón donde «finalmente nos reconocemos y aprendemos a amar» (30).

El mundo parece haber perdido su corazón
Francisco explica que, encontrando el amor de Cristo, «nos hacemos capaces de tejer lazos fraternos, de reconocer la dignidad de todo ser humano y de cuidar juntos nuestra casa común», como nos invita a hacer en sus encíclicas sociales Laudato si ‘ y Fratelli tutti (217). Y ante el Corazón de Cristo, pide al Señor «que vuelva a tener compasión de esta tierra herida» y derrame sobre ella «los tesoros de su luz y de su amor», para que el mundo, «sobreviviendo entre guerras, desequilibrios socioeconómicos, consumismo y uso antihumano de la tecnología, recupere lo más importante y necesario: el corazón» (31). Al anunciar la preparación del documento al final de la audiencia general del 5 de junio, el Pontífice había dejado claro que ayudaría a meditar sobre los aspectos «del amor del Señor que pueden iluminar el camino de la renovación eclesial; pero también que pueden decir algo significativo a un mundo que parece haber perdido el corazón». Y ello mientras se celebran los 350 años de la primera manifestación del Sagrado Corazón de Jesús a Santa Margarita María Alacoque en 1673, que se clausurarán el 27 de junio de 2025.

La importancia de volver al corazón
Abierta por una breve introducción y dividida en cinco capítulos, la Encíclica sobre el culto al Sagrado Corazón de Jesús recoge, como se anunció en junio, «las preciosas reflexiones de anteriores textos magisteriales y de una larga historia que se remonta a las Sagradas Escrituras, para volver a proponer hoy, a toda la Iglesia, este culto cargado de belleza espiritual».

El primer capítulo, «La importancia del corazón», explica por qué es necesario «volver al corazón» en un mundo en el que estamos tentados de «convertirnos en consumistas insaciables y esclavos de los engranajes de un mercado» (2). Lo hace analizando lo que entendemos por «corazón»: la Biblia habla de él como un núcleo «que está detrás de todas las apariencias» (4), un lugar donde «no importa lo que se muestre por fuera ni lo que se oculte, ahí estamos nosotros mismos» (6). Al corazón conducen las preguntas que importan: qué sentido quiero que tengan mi vida, mis opciones o mis acciones, quién soy yo ante Dios (8). El Papa señala que la actual devaluación del corazón proviene del «racionalismo griego y precristiano, del idealismo postcristiano y del materialismo», de modo que en el gran pensamiento filosófico se han preferido conceptos como «razón, voluntad o libertad». Y al no encontrar lugar para el corazón, «ni siquiera se ha desarrollado ampliamente la idea de un centro personal» que pueda unificarlo todo, a saber, el amor (10). En cambio, para el Pontífice, hay que reconocer que «yo soy mi corazón, porque es lo que me distingue, me configura en mi identidad espiritual y me pone en comunión con los demás» (14).

El mundo puede cambiar a partir del corazón
Es el corazón «el que une los fragmentos» y hace posible «cualquier vínculo auténtico, porque una relación que no se construye con el corazón es incapaz de superar la fragmentación del individualismo» (17). La espiritualidad de santos como Ignacio de Loyola (aceptar la amistad del Señor es cosa del corazón) y san John Henry Newman (el Señor nos salva hablándonos al corazón desde su Sagrado Corazón) nos enseña, escribe el Papa Francisco, que «ante el Corazón de Jesús, vivo y presente, nuestra mente, iluminada por el Espíritu, comprende las palabras de Jesús» (27). Y esto tiene consecuencias sociales, porque el mundo puede cambiar «a partir del corazón» (28).

«Gestos y palabras de amor»
El segundo capítulo está dedicado a los gestos y palabras de amor de Cristo. Los gestos con los que nos trata como amigos y muestra que Dios «es cercanía, compasión y ternura» se ven en sus encuentros con la samaritana, con Nicodemo, con la prostituta, con la adúltera y con el ciego del camino (35). Su mirada, que «escruta lo más profundo de tu ser» (39), muestra que Jesús «presta toda su atención a las personas, a sus preocupaciones, a su sufrimiento» (40). De tal manera «que admira las cosas buenas que reconoce en nosotros», como en el centurión, aunque los demás las ignoren (41). Su palabra de amor más elocuente es estar «clavado en la Cruz», después de llorar por su amigo Lázaro y sufrir en el Huerto de los Olivos, consciente de su propia muerte violenta «a manos de aquellos a quienes tanto amaba» (46).

El misterio de un corazón que amó tanto
En el tercer capítulo, «Este es el Corazón que tanto amó», el Pontífice recuerda cómo la Iglesia reflexiona y ha reflexionado en el pasado «sobre el santo misterio del Corazón del Señor». Lo hace refiriéndose a la Encíclica Haurietis aquas, de Pío XII, sobre la devoción al Sagrado Corazón de Jesús (1956). Aclara que «la devoción al Corazón de Cristo no es la adoración de un órgano separado de la Persona de Jesús», porque adoramos «a Jesucristo entero, el Hijo de Dios hecho hombre, representado en una imagen suya en la que destaca su corazón» (48). La imagen del corazón de carne, subraya el Papa, nos ayuda a contemplar, en la devoción, que «el amor del Corazón de Jesucristo, no sólo incluye la caridad divina, sino que se extiende a los sentimientos del afecto humano» (61) Su Corazón, continúa Francisco citando a Benedicto XVI, contiene un «triple amor»: el amor sensible de su corazón físico «y su doble amor espiritual, el humano y el divino» (66), en el que encontramos «lo infinito en lo finito» (64).

El Sagrado Corazón de Jesús es una síntesis del Evangelio
Las visiones de algunos santos particularmente devotos del Corazón de Cristo – precisa Francisco – «son bellos estímulos que pueden motivar y hacer mucho bien», pero «no son algo que los creyentes estén obligados a creer como si fueran la Palabra de Dios». Así, el Papa recuerda a Pío XII que no se puede decir que este culto «deba su origen a revelaciones privadas». Al contrario, «la devoción al Corazón de Cristo es esencial a nuestra vida cristiana, en cuanto significa la plena apertura de la fe y de la adoración al misterio del amor divino y humano del Señor, hasta el punto de que podemos afirmar una vez más que el Sagrado Corazón es una síntesis del Evangelio» (83). A continuación, el Pontífice invita a renovar la devoción al Corazón de Cristo también para contrarrestar «las nuevas manifestaciones de una “espiritualidad sin carne” que se multiplican en la sociedad» (87). Es necesario volver a la «síntesis encarnada del Evangelio» (90) frente a «comunidades y pastores centrados sólo en actividades externas, reformas estructurales desprovistas de Evangelio, organizaciones obsesivas, proyectos mundanos, pensamiento secularizado, en diversas propuestas presentadas como exigencias que a veces se pretende imponer a todos» (88).

La experiencia de un amor «que da de beber»
En los dos últimos capítulos, el Papa Francisco destaca los dos aspectos que «la devoción al Sagrado Corazón debe mantener unidos para seguir alimentándonos y acercándonos al Evangelio: la experiencia espiritual personal y el compromiso comunitario y misionero» (91). En el cuarto, «El amor que da de beber», relee las Sagradas Escrituras y, con los primeros cristianos, reconoce a Cristo y su costado abierto en «aquel a quien traspasaron», al que Dios se refiere a sí mismo en la profecía del libro de Zacarías. Un manantial abierto para el pueblo, para saciar su sed del amor de Dios, «para lavar el pecado y la impureza» (95). Varios Padres de la Iglesia mencionaron «la llaga del costado de Jesús como fuente del agua del Espíritu», sobre todo san Agustín, que «abrió el camino a la devoción al Sagrado Corazón como lugar de encuentro personal con el Señor» (103). Poco a poco, este costado herido, recuerda el Papa, «llegó a asumir la figura del corazón» (109), y enumera varias santas mujeres que «contaron experiencias de su encuentro con Cristo, caracterizadas por el descanso en el Corazón del Señor» (110). Entre los devotos de los tiempos modernos, la Encíclica habla en primer lugar de san Francisco de Sales, que representa su propuesta de vida espiritual con «un corazón atravesado por dos flechas, encerrado en una corona de espinas» (118).

Las apariciones a santa Margarita María Alacoque
Bajo la influencia de esta espiritualidad, santa Margarita María Alacoque relata las apariciones de Jesús en Paray-le-Monial, entre finales de diciembre de 1673 y junio de 1675. El núcleo del mensaje que se nos transmite puede resumirse en aquellas palabras que oyó santa Margarita: «He aquí aquel Corazón que tanto amó a los hombres y que no escatimó nada hasta agotarse y consumirse para darles testimonio de su Amor» (121).

Teresa de Lisieux, Ignacio de Loyola y Faustina Kowalska
De Santa Teresa de Lisieux, el documento recuerda haber llamado a Jesús «Aquel cuyo corazón latía al unísono con el mío» (134) y sus cartas a su hermana Sor María, que ayudan a no centrar la devoción al Sagrado Corazón «en un aspecto doloroso», el de quienes entendían la reparación como «primacía de los sacrificios», sino en la confianza «como la mejor ofrenda, agradable al Corazón de Cristo» (138). El Pontífice jesuita dedica también algunos pasajes de la Encíclica al lugar del Sagrado Corazón en la historia de la Compañía de Jesús, subrayando que en sus Ejercicios Espirituales, San Ignacio de Loyola propone al ejercitante «entrar en el Corazón de Cristo» en un diálogo de corazón a corazón. En diciembre de 1871, el padre Beckx consagró la Compañía al Sagrado Corazón de Jesús, y el padre Arrupe volvió a hacerlo en 1972 (146). Las experiencias de santa Faustina Kowalska, se recuerda, vuelven a proponer la devoción «con un fuerte acento en la vida gloriosa del Resucitado y en la misericordia divina» y, motivado por ellas, san Juan Pablo II también «vinculó íntimamente su reflexión sobre la misericordia con la devoción al Corazón de Cristo» (149). Hablando de la «devoción de consolación», la Encíclica explica que ante los signos de la Pasión conservados por el Corazón del Resucitado, es inevitable «que el creyente desee responder» también «al dolor que Cristo aceptó soportar por tanto amor» (151). Y pide «que nadie se burle de las expresiones de fervor creyente del pueblo fiel de Dios, que en su piedad popular busca consolar a Cristo» (160). Para que entonces «deseosos de consolarlo, salgamos consolados» y «también nosotros podamos consolar a los que se encuentran en toda clase de aflicciones» (162).

La devoción al Corazón de Cristo nos envía a los hermanos
El quinto y último capítulo, «Amar por amor», profundiza en la dimensión comunitaria, social y misionera de toda auténtica devoción al Corazón de Cristo, que, al «llevarnos al Padre, nos envía a los hermanos» (163). De hecho, el amor a los hermanos es el «mayor gesto que podemos ofrecerle a Él a cambio de amor» (167). Mirando a la historia de la espiritualidad, el Pontífice recuerda que el compromiso misionero de san Carlos de Foucauld hizo de él un «hermano universal»: «dejándose modelar por el Corazón de Cristo, quiso acoger en su corazón fraterno a toda la humanidad sufriente» (179). Francisco habla luego de «reparación», como explicaba san Juan Pablo II: «ofreciéndonos juntos al Corazón de Cristo, «sobre las ruinas acumuladas por el odio y la violencia, se pueda construir la civilización del amor tan anhelada, el reino del Corazón de Cristo» (182).

La misión de enamorar al mundo
La Encíclica recuerda de nuevo con san Juan Pablo II que «la consagración al Corazón de Cristo «debe asimilarse a la acción misionera de la Iglesia misma, porque responde al deseo del Corazón de Jesús de propagar en el mundo, a través de los miembros de su Cuerpo, su entrega total al Reino». En consecuencia, a través de los cristianos, «se derramará el amor en el corazón de los hombres, para que se edifique el Cuerpo de Cristo que es la Iglesia y se construya también una sociedad de justicia, paz y fraternidad» (206). Para evitar el gran riesgo, subrayado por san Pablo VI, de que en la misión «se digan muchas cosas y se hagan muchas cosas, pero no se pueda provocar el feliz encuentro con el amor de Cristo» (208), necesitamos «misioneros en el amor, que aún se dejen conquistar por Cristo» (209).

La oración de Francisco
El texto concluye con esta oración de Francisco: «Pido al Señor Jesús que de su santo Corazón broten para todos nosotros ríos de agua viva para curar las heridas que nos infligimos, para fortalecer nuestra capacidad de amar y de servir, para impulsarnos a aprender a caminar juntos hacia un mundo justo, solidario y fraterno. Esto hasta que celebremos juntos con alegría el banquete del reino celestial. Allí estará Cristo resucitado, que armonizará todas nuestras diferencias con la luz que brota sin cesar de su Corazón abierto. Bendito sea siempre!» (220).

– Leer Encíclica «Dilexit nos» completa

Fuente: Vatican News
Imagen: Libreria Editrice Vaticana
Ciudad del Vaticano, 24-10-2024

 

 

Celebración del Domingo Universal de las Misiones (DUM) en la Catedral de San Felipe

El pasado domingo 20 de octubre, la Catedral de San Felipe fue el escenario de una emotiva celebración en el marco del Domingo Universal de las Misiones (DUM), donde la comunidad se reunió para renovar su compromiso misionero. La Eucaristía fue presidida por Mons. Gonzalo Bravo Álvarez, obispo de la Diócesis de San Felipe, quien animó a los fieles a vivir con alegría la misión de la Iglesia, respondiendo al llamado de Cristo a ser “Iglesia en salida”.

Acompañaron esta celebración el Equipo de Animación Misionera de la Diócesis, junto a los niños de Infancia Misionera de San Esteban y Infancia Misionera del Colegio Marie Poussepin. Su presencia destacó el papel fundamental de los más jóvenes en la evangelización, recordándonos que la misión comienza en cada uno de nosotros, independientemente de la edad.

En su homilía, Mons. Gonzalo Bravo subrayó la importancia de la solidaridad y la oración en apoyo a los misioneros que anuncian el Evangelio en lugares lejanos, muchas veces en condiciones difíciles: “Cada uno de nosotros puede ser misionero desde su lugar, apoyando con oración y gestos concretos de fraternidad. La misión de la Iglesia es tarea de todos”.

El DUM es una oportunidad para fortalecer la conciencia misionera y renovar el compromiso de toda la comunidad con la evangelización, uniendo esfuerzos para hacer presente el Evangelio de Jesús en cada rincón del mundo. Durante la celebración, los niños de Infancia Misionera realizaron una breve animación que recordó que todos estamos llamados a llevar la Buena Nueva con esperanza y alegría.

La jornada concluyó con un sentido momento de oración por las misiones y un llamado a participar activamente en los proyectos misioneros de la diócesis, demostrando que la misión de la Iglesia es tarea de todos.

La Diócesis de San Felipe celebra 99 años y da inicio al Centenario con Eucaristía de Acción de Gracias

La Diócesis de San Felipe celebró 99 años de creación y dio inicio al Año Jubilar por su Centenario con una Eucaristía de Acción de Gracias, marcada por la unidad del pueblo de Dios, la presentación de los signos del centenario y la invitación a vivir una profunda conversión personal.


Este viernes 18 de octubre de 2024. La Diócesis de San Felipe se vistió de fiesta al conmemorar su 99º aniversario y dar inicio a las celebraciones por su centenario con una emotiva Eucaristía de Acción de Gracias en la Catedral. Este evento, que reunió a representantes de los tres decanatos, marcó el comienzo del Año Jubilar por el Centenario, cuyo cierre se vivirá el 18 de octubre de 2025.

El templo catedral se llenó a su máxima capacidad con fieles, movimientos diocesanos, colegios católicos y confesionales, junto al clero, diáconos permanentes y monaguillos, que se unieron para este importante momento de fe. Además, la celebración fue transmitida en vivo a través de Facebook Live, alcanzando a más de 10 mil personas, y fue retransmitida por las radios católicas de la diócesis, permitiendo que la comunidad en general siguiera este hito histórico.

La misa fue presidida por Monseñor Gonzalo Bravo Álvarez, quien contó con la presencia especial del Rvdo. Monseñor Giuseppe Silvestrini, secretario de la Nunciatura Apostólica en Chile y representante del Nuncio Apostólico, como gesto de cercanía en este aniversario.

Signos del Centenario: Historia y Fe en Marcha

Durante la liturgia, uno de los momentos más significativos fue la procesión del Evangelio, que partió desde la entrada del templo. Laicos representantes de los decanatos acompañaron el libro de los Evangelios con ramas de olivo e incienso, resaltando el carácter comunitario del evento.

Asimismo, se presentaron los signos del Centenario:

  • La bandera con el logo del Centenario, que flameará en templos y capillas durante el Año Jubilar como símbolo de fiesta y pertenencia.
  • Un cuadro bordado, signo de gratitud y memoria, que recorrerá las comunidades como recordatorio de la historia de evangelización de la diócesis.
  • El Libro del Centenario, que viajará por parroquias y colegios recogiendo testimonios y experiencias de la vida diocesana a lo largo de estos 100 años.

Palabras de Fe y Conversión

En su homilía, Monseñor Gonzalo Bravo recordó los orígenes de la diócesis, destacando que fue creada por decisión del Papa Pío XI al desprender territorios de la Arquidiócesis de Santiago. Reflexionó sobre la identidad construida durante estos años, con éxitos y dificultades, y exhortó a la comunidad a “permanecer en Cristo”, destacando que:

“Permanecer no es solo estar junto a Cristo, sino vivir de Cristo, beber de Cristo y tener sus mismos sentimientos.”

El obispo también hizo un llamado a la conversión personal, enfatizando que “el mayor fruto del jubileo no serán las actividades, sino los cambios del corazón”.

Por su parte, Monseñor Giuseppe Silvestrini expresó su gratitud por la invitación, recordando la misión de la diócesis:

“Esta Iglesia está llamada a ser sal y luz en la tierra, especialmente en estos tiempos que exigen coraje.”

Finalmente, transmitió el saludo y la bendición apostólica del Papa Francisco, invitando a la comunidad a rezar por el Santo Padre y por el obispo Gonzalo Bravo, alentando a ser una Iglesia que “abraza y anuncia el amor de Dios”.

Con esta misa de Acción de Gracias, la Diócesis de San Felipe comenzó oficialmente su camino hacia el centenario, un tiempo para celebrar, reflexionar y renovar su compromiso con la misión evangelizadora.

Fuente Área de Comunicaciones Obispado de San Felipe

Cerca de 85 líderes parroquiales participaron en el Taller de Prevención de Abusos Nivel 1 en el Decanato de Petorca

Este sábado 19 de octubre, más de 80 líderes parroquiales participaron en la Formación Básica en Prevención de Abusos y Buen Trato en el Decanato de Petorca, realizada en la Parroquia San Lorenzo de Cabildo.
 
La jornada contó con la participación de secretarios parroquiales, catequistas, coordinadores pastorales, sacristanes y otros miembros comprometidos con la vida comunitaria, todos unidos en la misión de promover entornos seguros y una cultura de buen trato.
 
💼 Módulos abordados: 1️⃣ Abuso sexual en la Iglesia Universal y chilena: Camino hacia el Cuidado y Esperanza.
2️⃣ Elementos para la comprensión y abordaje del abuso sexual en la Iglesia.
3️⃣ Abordaje del abuso sexual desde la justicia canónica y civil.
4️⃣ Prevención del abuso sexual.
 
Con esta tercera y última jornada de formación en los tres decanatos de la diócesis, el Consejo Diocesano para la Cultura del Buen Trato concluye la primera etapa de capacitación, preparándose para el próximo paso: una formación localizada y sectorial en cada decanato. ¡Estén atentos a nuestras redes para más novedades! 📢
 
Nuestro obispo Gonzalo Bravo Álvarez, presente en esta jornada, destacó que estos espacios formativos representan un paso esperanzador hacia la consolidación de una cultura de buen trato, en sintonía con las Líneas Pastorales 2024-2028 y las directrices de “Cuidado y Esperanza” de la Conferencia Episcopal de Chile.
 
🙏 El Consejo Diocesano para la Cultura del Buen Trato agradeció a todas las parroquias participantes y motivó a continuar en este camino hacia una Iglesia más segura y acogedora para todos.

Comité Permanente del Episcopado llama a participar de las próximas elecciones cumpliendo con libertad y responsabilidad las obligaciones cívicas

El Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile (CECh), ha emitido una declaración titulada “Cumplir con libertad y responsabilidad nuestras obligaciones cívicas”, en la que invita a la ciudadanía a participar en las próximas elecciones del sábado 26 y domingo 27 de octubre. Para estos comicios -donde se elegirá a gobernadores, consejeros, alcaldes y concejales- los obispos destacan la importancia de sufragar como expresión de participación en el bien común y de amor a la Patria.


El mensaje es firmado por el Arzobispo de la Serena, René Rebolledo Salinas, Presidente de la CECh; el Arzobispo de Antofagasta, Ignacio Ducasse Medina, Vicepresidente; el Arzobispo de Santiago, Fernando Chomali Garib; el Obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González Errázuriz; y el Arzobispo de Concepción, Sergio Pérez de Arce Arriagada, ss.cc., Secretario General.

Un llamado a la responsabilidad cívica
Los pastores subrayan que sufragar es una obligación de los que tienen derecho a voto, llamando a “a hacerlo con responsabilidad, teniendo en cuenta que, del buen ejercicio de las responsabilidades de las autoridades elegidas, se siguen muchas consecuencias para todos los ciudadanos”.

El necesario discernimiento a la hora de elegir
Los representantes del Episcopado recuerdan que “respetando las opciones legítimas de cada uno, al momento de decidir”, es necesario “discernir sobre algunos elementos” especialmente importantes para el momento social, político y económico que vive el país: “Chile necesita autoridades conscientes de que los cargos de elección popular son para servir a todos, sin distinción. Elegir las personas adecuadas es una garantía de la justicia y probidad, para excluir comportamientos reñidos con la honestidad, que tanta preocupación han provocado últimamente en la inmensa mayoría del país”.

Convicciones éticas de los candidatos
El documento resalta que es importante valorar las “convicciones éticas” de los candidatos en temas como: justicia social, la dignidad de la persona humana, los derechos laborales, la misión de los padres en la educación de los hijos, la seguridad pública, la exclusión de la violencia, entre otros. Agregan que esos ámbitos juegan un papel importante al decidir “ya que muchos de los recursos públicos que se deben aplicar a esas políticas, se realizan a través de los gobiernos regionales y municipios”.

Virtudes y honestidad de los servidores públicos
La Conferencia Episcopal enfatiza que un ejercicio democrático verdadero, requiere que “quienes sean elegidos en las diversas instancias públicas, destaquen por sus virtudes y su ejemplo de honestidad como ciudadanos”. Esto sería necesario para que sean capaces de guiar la sociedad y hacer prevalecer la justicia y la amistad cívica, “en particular en relación con las personas más carenciadas y olvidadas”. Agregan, que un criterio esencial de la enseñanza de la Iglesia es que “la autoridad debe dejarse guiar por la ley moral”.

Finalmente, los obispos ponen este momento en manos de la Virgen del Carmen, Reina y Madre de Chile, haciendo un llamado a cumplir con las obligaciones cívicas con libertad y responsabilidad, siempre buscando el bien del país.

Fuente: Comunicaciones CECh
CECh, 14-10-2024

Documentos Adjuntos:

28º Encuentro Nacional de Cuasimodistas se realiza en Lo Vicuña, Putaendo

Del 11 al 13 de octubre, la Casa de Retiros Lo Vicuña, en Putaendo, fue el escenario del 28º Encuentro Nacional de Cuasimodistas de Chile, bajo el lema: “Cuasimodo y María caminan hacia Jesús”. Por segundo año consecutivo, la Diócesis de San Felipe tuvo el honor de acoger este evento que reunió a más de 30 delegados cuasimodistas provenientes de distintas regiones del país.

Durante los tres días del encuentro, los participantes vivieron experiencias que abarcaron lo espiritual y lo comunitario, profundizando en la fe, la oración, y la piedad popular que marca la tradición del cuasimodo en Chile, especialmente en la diócesis anfitriona.

Vicente Camus, presidente de la Asociación Nacional de Cuasimodistas, expresó su gratitud hacia la Diócesis de San Felipe y al obispo Gonzalo Bravo Álvarez por su acogida y apoyo:

“Esta ha sido una experiencia rica en aprendizajes y desafíos. Agradecemos especialmente a los cuasimodistas de la diócesis que nos recibieron y a quienes organizaron y facilitaron el encuentro, en especial a la Hna. Aurora Calderón, administradora de la Casa de Retiros, quien nos ha acogido por segundo año consecutivo. Esperamos, en algún momento, poder regresar nuevamente”.

Formación y momentos destacados

El encuentro incluyó talleres de formación durante todo el fin de semana, con una agenda especialmente intensa el sábado. Alejandra González y Cristian Guarda, formadores de la diócesis, lideraron las sesiones sobre el “Sí de María” y el servicio del cuasimodo. Ese mismo sábado, el obispo Gonzalo Bravo presidió una misa para los participantes en la casa de retiro.

El domingo concluyó con un último taller y una emotiva celebración eucarística en la Parroquia Nuestra Señora del Carmen de Rinconada de Silva, donde la comunidad local se unió en acción de gracias por este encuentro de fe y hermandad.

El cuasimodo sigue siendo una expresión de piedad popular con fuerte arraigo en diversas localidades de Chile, y encuentros como este refuerzan los lazos entre cuasimodistas de todo el país, fortaleciendo la vocación de servicio y espiritualidad que inspira su labor.

Eucaristía por el Día del Profesor 2024: Un llamado a vivir la fe en la educación

El viernes 11 de octubre, a las 18:30 hrs, se celebró en el templo parroquial de Nuestra Señora de la Merced de San Felipe la eucaristía en conmemoración del Día del Profesor 2024. Esta celebración reunió a docentes de diversos puntos de la Diócesis de San Felipe para agradecer a Dios por su vocación y servicio en la educación básica y media.

La eucaristía fue presidida por el obispo Gonzalo Bravo Álvarez, acompañado por los diáconos permanentes José Barraza y Jacinto Villarroel, ambos involucrados en el ámbito educativo. La ceremonia fue organizada por la Delegación Episcopal para la Educación, destacando el compromiso de la Iglesia con la formación y acompañamiento de los educadores.

Una educación con identidad y fe

Durante su homilía, el obispo Gonzalo Bravo reflexionó sobre los desafíos actuales en la educación:

“Nuestra educación está llamada a tener múltiples dimensiones: participativa, respetuosa y plural, pero debe tener una identidad clara, donde la fe juegue un papel esencial en tiempos marcados por la vulnerabilidad y el abandono. El respaldo de las instituciones educativas es clave para fortalecer la fe y su impacto en la comunidad educativa.”

El obispo también destacó la importancia de la fe no solo para los estudiantes, sino para todos los actores del proceso educativo:

“La didáctica de la fe debe alcanzar no solo a los alumnos, sino también a docentes, directivos y familias. En medio del estrés y las dificultades, sentirnos amados por Dios es lo que da plenitud a nuestra vida. Podemos tener los mejores títulos, pero sin la certeza del amor de Dios, nada tiene verdadero sentido.”

Como ejemplo de esta enseñanza, el obispo compartió una experiencia inspiradora sobre un portero de colegio, reconocido como la persona más querida por estudiantes y colegas:

“Sin grandes títulos ni certificados, su entrega amorosa refleja el amor de Jesucristo. Así estamos llamados a vivir: con plenitud y con Dios en el corazón.”

Agradecimiento y proyección

Al finalizar la eucaristía, la Hna. Aurora Calderón, delegada episcopal para la educación, expresó su gratitud hacia los docentes y los colaboradores que hicieron posible este encuentro:

“Esta ha sido nuestra primera misa dedicada al Día del Profesor, y esperamos que en los próximos años se sumen más educadores. Es una manera de agradecer ante Dios por la ardua labor de quienes enseñan en un contexto desafiante. Agradezco al coro, a los colegios que participaron y, especialmente, a nuestro obispo y los diáconos por acompañarnos en esta celebración.”

Con esta eucaristía, la Diócesis de San Felipe reafirma su compromiso con la educación y la promoción de la fe como un pilar fundamental en el crecimiento personal y comunitario.

Galería Fotográfica Gentileza David Montenegro

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